Esperaban con ilusión la llegada del verano. Por tercer año y gracias a la delegación extremeña de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui y a su programa para la acogida de niños del desierto ´Vacaciones en Paz´, Antonio Cuadrado y su mujer, María José García, volverían a tener con ellos a la pequeña Leila, de 12 años. Pero la realidad es ahora para ellos bien distinta, se les ha denegado la acogida y la paz se ha quedado para ellos en el camino.

Antonio y María José, vecinos de la localidad pacense de Granja de Torrehermosa, disfrutaron de la compañía de Leila en los veranos del 2006 y 2007, y solicitaron de nuevo su acogida para este año, pero se les ha denegado. Ayer, con indignación, aseguraron a EL PERIODICO, que la principal causa de que Leila no esté con ellos es la minusvalía de Antonio.

"Después de estar dos años con la niña la asociación nos dice que sus padres no quieren que este verano esté con nosotros porque Antonio está en una silla de ruedas, pero no lo creemos, pues desde el principio ellos conocían esta situación y la han visto, ya que en dos ocasiones les hemos visitado en el Sáhara". Por ello, no ocultan su sospecha: "Es la asociación la que nos discrimina por ser minusválidos, son ellos los culpables de que Leila no esté con nosotros, pues ni tan siquiera nos permiten verla".

No entienden por qué este año no les dan la acogida cuando los dos veranos anteriores, aun conociendo la enfermedad de Antonio, sí pudieron, insiste María José, que también tiene una minusvalía del 65% por problemas de movilidad en un brazo.

Pero ni la minusvalía de su esposo ni su leve incapacidad, asegura, fue un impedimento para que Leila disfrutara de sus vacaciones con ellos, "pues incluso la llevamos a la playa y a Lusiberia", recuerda.

Ellos mantienen que es ´Amigos del Pueblo Saharaui´ los que les discriminan. La prueba, dicen, el hecho de que pese a que ya han asumido que no la tendrán en casa este verano, "y ya lo único que pedimos es que nos dejen verla, ellos se niegan". Pero la asociación desmiente esta afirmación. "La decisión de que Leila cambien este año de hogar, y de que no tenga contacto con ellos, la ha tomado su madre biológica", asegura Antonio Ríos, responsable del área de Sensibilización, quien añade: "la potestad sobre la niña la tiene la familia biológica, y nosotros no podemos ir en contra de su voluntad".

Sobre el cambio de opinión de la madre biológica de Leila, Ríos opina que puede deberse, al menos en parte, a que la minusvalía de la pareja quizás limite el disfrute y realización de actividades de la niña en España. Pese a todo, hace constar que estos cambios son normales y suceden en más de una ocasión con los niños y las familias extremeñas; afirmación que comparte Eduardo Martín, presidente regional de esta plataforma, que asegura que "estas situaciones se dan con muchos niños, no se trata de algo excepcional".

Esta pareja es la segunda a la que se le niega este año en la región la acogida de un niño saharaui. Los pacenses José Pérez y Baldomero Rodríguez también se vieron privados de la compañía del pequeño que tuvieron con ellos el pasado verano, en su caso porque los padres biológicos se negaron por su condición de homosexuales.