La de Pedro Almodóvar y Nueva York es una cita ya ritual. En cada edición del festival de cine que organiza la Film Society del Lincoln Center, cuando coincide con un año de estreno almodovariano, el director de cine manchego es invitado de lujo. Y este año, con Los abrazos rotos elegida para clausurar el festival, y como en las últimas ocasiones, con Penélope Cruz como su inseparable musa. Aunque la presentación al público y la alfombra roja serán el domingo, y el estreno comercial el próximo 20 de noviembre, el miércoles Pedro y Pe se sentaron ante la prensa. Ella, con vestido negro y una diadema sobre la melena suelta. El, con polo rojo, chaqueta de cuero y, a ratos, gafas de sol. Hubo conversación sobre las relaciones familiares, risas por las confesiones de ideas no plasmadas en el celuloide de "una película porno sobre un ciego y muchas chicas", y un compromiso sobre el tipo de cine que Almodóvar asegura que nunca hará: "Remakes, secuelas, precuelas ni películas de héroes, antihéroes o superhéroes".

Cuando se citaron los nombres de Sofía Loren y Audrey Hepburn al analizar los trabajos más recientes de Cruz, cuya imagen inunda este mes los quioscos de Estados Unidos desde la portada de la revista Vanity Fair, fue el cineasta el que primero saltó. "Siempre hay pequeñas referencias buenas para trabajar", afirmó Almodóvar. "Lo sorprendente de Penélope --añadió-- es que podría ser ambas".