Cuesta la friolera de 330.000 euros y para fabricarlo un relojero emplearía entre 12 y 15 años si tuviera que elaborar en solitario las más de 700 piezas que lo componen. La joyería Rabat presentó ayer en una exposición en Barcelona el reloj más caro del mundo, de la firma Jaeger-LeCoultre. Es tipo reverso, de platino y tiene tres esferas.