En la tragedia que arrancó para la cantante y actriz Jennifer Hudson el viernes, cuando su madre y su hermano fueron asesinados a tiros en su casa de Chicago en un caso que la policía vincula a un altercado familiar, quedaba una pequeña puerta abierta a la esperanza: encontrar al hijo de siete años de su hermana Julia, desaparecido desde el día de los crímenes.

Ayer esa puerta se cerró bruscamente cuando la policía localizó en otro barrio dentro de un coche buscado desde el viernes un cadáver que, según los primeros indicios, es el del pequeño Julian King. Al cierre de esta edición no había confirmación oficial de la identificación y la autopsia estaba planificada para hoy, pero oficiales del FBI avanzaron que era "probable" que se tratara del sobrino de Hudson.

ELEVADA RECOMPENSA De nada habían servido los ruegos desesperados lanzados desde un púlpito el domingo por la madre del pequeño, ni la oferta de una recompensa de 100.000 dólares con que la ganadora del Oscar por su trabajo en Dreamgirls intentaba que en una historia de pesadilla hubiera al menos una pincelada de final feliz. El domingo, en la página de la artista en MySpace, apareció un mensaje de agradecimiento a todos los que les habían apoyado. En el texto se urgía a cualquiera con información sobre el paradero del niño a contactar con las autoridades. William Balfour, que estuvo casado con Julia Hudson y era padrastro del niño, fue detenido el pasado viernes e interrogado, y quedó a disposición de las autoridades, pero no por cargos vinculados al caso, sino por violar la libertad condicional de la que goza desde el 2006.