Si el año 2010 terminó mal para la actriz Zsa Zsa Gabor, el 2011 ha empezado aún peor. La salud de la que llegó a ser un mito de Hollywood con fama de devora hombres (se casó nueve veces), se ha ido deteriorando en los últimos meses hasta el punto de que los médicos han decidido amputarle parcialmente la pierna derecha para salvarle la vida.

La actriz, de 93 años, fue ingresada el pasado domingo en el centro médico Ronald Reagan de la Universidad de California, en Los Angeles, para ser sometida a la operación después de los doctores le detectaran una gangrena. Antes de navidades, los médicos ya habían observado la lesión de la pierna y habían advertido a la artista de que era necesario que se sometiera a una cirugía, a lo que ella se negó.

Gabor deseaba pasar las fiestas con su familia, consciente de que pueden ser las últimas. Quería disfrutar como otros años de una velada con amigos y familiares en la que no faltaran el champán y el caviar. Sin embargo, en los últimos días, la pierna se le empezó a hinchar lo que obligó a los cirujanos a darle un ultimátum: o se operaba o las consecuencias serían fatales.

CONSCIENTE DE SU SITUACION "No tiene otra opción", ha declarado su último marido, el príncipe Frederic von Anhalt, a la cadena CNN, donde ha contado que la protagonista de películas como Moulin Rouge y Lili , es consciente de su situación.

Zsa Zsa ha padecido diversos problemas de salud desde que en el 2002 sufriera un accidente de tráfico que prácticamente la dejó en una silla de ruedas. En agosto, esos problemas se incrementaron después de que fuera sometida a una intervención para reemplazarle la cadera, que se había roto en una caída. Pocas semanas después, la aparición de dos coágulos de sangre la hicieron volver al quirófano.

La mala suerte se cebó además con la actriz de origen húngaro. A su delicada salud se sumó el disgusto causado por la Administración norteamericana, que le retiró la pensión de jubilación al darla por muerta. Símbolo sexual de los años 50 y 60, Gabor tuvo una carrera cinematográfica corta y poco trascendental. Toda su fama le llegó, más que por su profesión, por cambiar de marido y lucir joyas y abrigos.