Ellos, a diferencia de Obama en Oslo, solo recogieron la medalla de oro, el diploma, la dotación económica --958.000 euros por categoría-- e hicieron tres reverencias: al público, a los académicos y al rey. Eran los otros Nobel, que, pese a estar al mismo nivel que el de la Paz, quedaron algo ofuscados por su magnetismo. Sin poder agradecer el premio de palabra, sí escucharon el mensaje de los académicos que les instaron al uso responsable de los avances y los descubrimientos científicos.

El Nobel de Medicina fue para Elizabeth Blackburn, Carol W. Greider y Jack W. Szostack, por su lucha contra el cáncer. El de Economía, para Elinor Ostrom --la primera mujer que lo recibe-- y Oliver Williamson, mientras que el de Literatura recayó en Herta Müller, por su prosa comprometida contra la dictadura del rumano Nicolas Ceaucescu. Charles K. Kao, por sus investigaciones sobre la fibra óptica, y Willard S. Boyle y George E. Smith, por la invención del sensor CCD, recibieron el Nobel de Física. Y el de Química fue para Ada E. Yonath, Venkatraman Ramakrishnan y Thomas E. Steiz, por sus avances en genética.

La ceremonia, presidida por Carlos XVI de Suecia en Estocolmo, estuvo marcada por un estricto protocolo. La fecha coincide con el aniversario de la muerte del fundador de los premios, Alfred Nobel, en 1896.