Humilde ante el pueblo, desafiante respecto a Estados Unidos y hostil a cualquier atisbo de modernización social o política. Así se mostró ayer Mahmud Ahmadineyad, presidente electo de Irán, en su primera rueda de prensa después de ganar las elecciones. Sobre el desarrollo de la energía nuclear, el tema que más inquieta a Occidente, y sobre todo a la Administración de George Bush, reiteró su oferta de "seguir negociando" con la Unión Europea sobre este contencioso, aunque fue claro y tajante: "Necesitamos esa tecnología para generar electricidad, para usos médicos y agrícolas. Continuaremos adelante con ella", afirmó.

Los primeros pasos de Ahmadineyad como jefe del Estado iraní lo encaminaron a uno de los lugares más emblemáticos de Teherán, el mausoleo del imán Jomeini --del que se declara fiel seguidor--, y después a visitar al guía supremo, Alí Jamenei. La máxima autoridad de la República Islámica le dio "las directrices necesarias" para el desempeño de su labor, informó la agencia oficial Irna.

Las afirmaciones del presidente electo de Irán no estuvieron exentas de pinceladas diplomáticas. Ahmadineyad se mostró afable con el mundo exterior y tendió "una mano amiga a todos los países" que quieran aceptarla. Pero respecto a las relaciones con EEUU y la cuestión nuclear no hubo paños calientes. Irán --dijo el mandatario electo-- "no necesita de manera significativa mantener relaciones con EEUU". Una línea política defendida por Jamenei. "Preservamos los intereses nacionales del país y hacemos énfasis en el derecho de la nación iraní al uso pacífico de la tecnología nuclear", reiteró.

El presidente electo tuvo palabras amables para la troika europea --Gran Bretaña, Francia y Alemania-- con quien Irán negocia una solución. El país reanudará los contactos "lo antes posible" con la UE para esclarecer la naturaleza de los programas nucleares, aunque matizó que "ese diálogo debe basarse en el respeto mutuo". Poco antes de la rueda de prensa de Ahmadineyad, el comisario europeo de Justicia, Libertad y Seguridad, Franco Frattini, advirtió que la UE congelará el diálogo con Irán si los informes sobre el desarrollo de la energía nuclear y los derechos humanos son negativos. Por su parte, Washington desconfía del fin pacífico de los programas atómicos de Teherán.

PACTO CON EL PUEBLO En el terreno de la política interior no hubo novedades: "Mi Gobierno estará al servicio del pueblo. Es un Gobierno de paz, de moderación, justicia y espiritualidad". "Concluyo un pacto con el noble pueblo iraní para aplicar la justicia, luchar contra la pobreza, la corrupción y la discriminación", afirmó. Y "no habrá tregua para "los extremismos, inaceptables en un Gobierno popular".