La fiesta de la Ashura, la más importante del calendario islámico chií, se tiñó ayer de sangre en Irán con un atentado suicida que mató a 39 personas y dejó un centenar de heridos. El ataque, el tercero que sufre el país en los últimos cuatro meses, ocurrió en la ciudad portuaria de Chabahar, en la conflictiva provincia de Sistán Baluchistán, fronteriza con Pakistán.

El atentado se produjo a primera hora de la mañana, cuando un hombre de mediana edad hizo estallar el explosivo que llevaba adosado al cuerpo entre una multitud de fieles, congregados ante la puerta de la mezquita del Imán Hussein. La tragedia pudo ser mayor, ya que un segundo terrorista, que fue detenido, falló al intentar detonar otro explosivo.

REIVINDICACION El gobernador de Chabahar, Alí Batahi, declaró a la agencia Irna que el principal responsable de la operación fue detenido y se halla bajo custodia policial. Horas después, el grupo rebelde suní Yundulá (Ejército de Dios) reivindicó el ataque en una información difundida por la cadena Al Arabia.