Irak aún no ha decidido su respuesta a la demanda de destrucción de los misiles Al Samud 2 que realizó el jefe de los inspectores de desarme, Hans Blix. Como primera reacción a esa exigencia, el régimen iraquí ha pedido a la ONU la puesta en marcha de conversaciones técnicas sobre el futuro de esas armas.

"La destrucción de los misiles es una cuestión que sigue bajo estudio", anunció ayer en rueda de prensa el general Husam Mohamed Amin, que dirige el comité iraquí encargado del proceso de desarme. Este responsable reconoció que, si destruye esos misiles, la capacidad defensiva de Irak sufriría "un golpe severo, aunque no fatal".

UN ULTIMATUM

Blix exigió el sábado la destrucción de varias decenas de Al Samud 2 y puso como ultimátum el próximo sábado para que empiece ese proceso de destrucción. Según los inspectores de la ONU, esos misiles tienen un alcance de 183 kilómetros. Esto supera los 150 kilómetros, el alcance máximo que, desde el final de la guerra del Golfo, la ONU permite a los misiles iraquís.

"Es un asunto muy complicado y por eso esperamos llegar a una solución satisfactoria lo antes posible sin que se produzcan interferencias o presiones de terceros", comentó el general Mohamed Amin. Este general aseguró que el pasado 19 de febrero Bagdad mandó una carta a Blix invitándolo a enviar a un grupo de expertos que discutan con los técnicos iraquís sobre los Al Samud 2.

ARMAS DE DESTRUCCION

Además, Mohamed Amin rechazó las afirmaciones hechas por el presidente de EEUU, George Bush, que había declarado que los misiles Al Samud 2 son sólo "la punta del iceberg" de las armas de destrucción masiva que estarían en poder de Irak. "El señor Bush no ha estado muy afortunado en esas afirmaciones. Para empezar porque los misiles Al Samud 2 no son ningún arma de destrucción masiva. Las armas de destrucción masiva son las armas biológicas, químicas o nucleares, e Irak ya ha demostrado que está limpio de ese armamento", dijo el general.