El primer ministro japonés, Yukio Hatoyama, anunció ayer su dimisión cuando solo llevaba nueve meses en el cargo y tras reconocer que ha perdido "la confianza de la gente" a causa de la imposibilidad de cumplir su promesa electoral de trasladar fuera de la isla de Okinawa (en el sur del país) una polémica base militar estadounidense.

En un discurso ante los miembros de su formación política, el Partido Democrático (PD, de centroizquierda), Hatoyama reconoció que se ha visto obligado a dimitir por la controversia sobre la base de Futenma, que ha dominado durante meses el debate político en Japón, y por varios escándalos financieros que han salpicado al propio Hatoyama y al secretario general del PD, Ichiro Ozawa, que también ha dimitido. El ministro de Finanzas, Naoto Kan, se declaró ayer candidato al puesto de presidente del PD --un paso necesario para llegar a ser primer ministro-- y se perfila como el sucesor de Hatoyama más probable.

Hatoyama prometió durante la campaña electoral llevar fuera de Okinawa la base de Futenma. Pero una vez en el poder, sometido a enormes presiones, llegó a un acuerdo con EEUU para trasladar la instalación al norte de la isla, una opción a la que se oponen la mayoría de los residentes locales y que será difícil de llevar a cabo. Pese a que le ha costado el cargo, Hatoyama justificó el mantenimiento de la base por la necesidad de garantizar la seguridad en el este de Asia y Japón.