La amenaza de guerra con Irak ha ensombrecido las expectativas de crecimiento mundial, por lo que el Banco Central Europeo (BCE) sigue dispuesto a realizar nuevos recortes de tipos de interés. Pero la situación actual diluiría el efecto de cualquier medida tomada en este sentido, según manifestó ayer Wim Duisenberg, presidente de la entidad monetaria. "Teníamos miedo de que un recorte ahora se perdiera en el mar de incertidumbre", dijo el banquero de la UE. "En la actual coyuntura es difícil, sino imposible, establecer un juicio concluyente sobre el impacto de la situación geopolítica en la economía mundial, en general, y en la zona euro, en particular", agregó.

Las turbulencias en los mercados del petróleo pueden impactar negativamente en la actividad económica europea en general. Un aumento del precio del crudo por el conflicto de Irak repercutirá sobre la inflación, el primer parámetro considerado por el BCE para decidir sobre el precio del dinero, que se mantiene en el 2,75%, tras la reunión del consejo de gobierno de ayer.