El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, afirmó hoy que quiere la "absolución plena" en el juicio por el llamado "Caso Mills", en el que está imputado por corrupción en acto judicial y por el que ayer quedó anulada por prescripción la condena a su ex abogado, el británico David Mills. En la presentación en Turín (norte de Italia) de la campaña electoral de su partido, Pueblo de la Libertad (PDL), para los comicios regionales de marzo, Berlusconi se refirió al juicio contra él por el "Caso Mills", que mañana celebrará una nueva vista en el Tribunal de Milán, así como volvió a atacar a los magistrados. "Por lo que a mí respecta, yo no tengo nada que ver, ha sido una cosa inventada como todos los procesos que tienen que ver conmigo", afirmó el primer ministro, en referencia al "Caso Mills", que definió como una "invención pura".

La Corte Penal de Milán celebrará mañana una nueva vista del juicio a Berlusconi por este caso, en el que se juzga si Mills recibió 600.000 dólares de parte del mandatario a cambio de que mintiera a su favor en dos procesos celebrados a finales de los años 90, en los que el político y empresario fue absuelto. La ley de inmunidad que lo protegió hasta octubre pasado hizo que el proceso a Berlusconi quedara suspendido, mientras proseguía el del abogado británico, que fue declarado culpable y condenado en 2009 en primera y segunda instancia a 4 años y 6 meses de prisión por corrupción en acto judicial, delito que ayer el Tribunal Supremo declaró prescrito.

"No ha habido ninguna entrega (de dinero) por parte de un directivo de (mi grupo) Fininvest. No existía ningún motivo. Sobre esto ya ofrecí una rueda de prensa en Palacio Chigi (sede de la Presidencia del Gobierno) cuando nuestros abogados hallaron esos 600.000 dólares y el fisco inglés dijo que no eran una donación, sino el fruto de unos honorarios profesionales", indicó Berlusconi.

En unas declaraciones retransmitidas por televisión, Berlusconi volvió a cargar contra parte de la magistratura del país, que, según ha denunciado en repetidas ocasiones, lleva a cabo una campaña de acoso y derribo contra su persona y a la que hoy calificó de "talibanes". "El consenso popular ya no existe, desde el momento en el que si una ley no gusta a los fiscales, es impugnada y después derogada", afirmó el mandatario, quien apostó por cambiar las normas que permiten llevar a cabo escuchas telefónicas por parte de las autoridades judiciales y que han convertido a Italia, según él, en un "Estado-Policía".

El primer ministro se mostró dispuesto a seguir adelante con la reforma de la Justicia que promueve su Gobierno, a pesar de que, según él, no les gustará mucho a "los talibanes que hay dentro de la magistratura". Berlusconi se refirió además a la orden de arresto del senador Nicola Di Girolamo, de su partido político y quien supuestamente llegó al Senado gracias a la ayuda de la mafia calabresa, la Ndrangheta.

Según el mandatario, quien aseguró que el senador acusado no pertenece a su entorno de confianza, la ley electoral de los escaños que representan a los italianos en el extranjero (uno de los que ocupa Di Girolamo) debe ser "absolutamente reformada". Y sobre las elecciones regionales, que se celebrarán los próximos 28 y 29 de marzo, Berlusconi aseguró que lo importante será saber qué partido obtiene el mayor número de votos en el cómputo global y no saber quién se hace con el Gobierno de cada región.