EEUU tiene ya un plan concreto para la retirada paulatina de sus tropas en Irak, que empezará a materializarse este septiembre, antes de las elecciones legislativas de noviembre, cuando los republicanos del presidente George Bush pueden perder su mayoría parlamentaria por la impopularidad de la guerra. El plan prevé la reducción a menos de la mitad de los 127.000 soldados estadounidenses en territorio iraquí para finales del 2007, siempre y cuando el nuevo Gobierno de Bagdad y sus fuerzas de seguridad puedan hacerse cargo de la situación en el país.

La paulatina repatriación de las tropas, diseñada por el jefe de EEUU en Irak, el general George Casey, fue revelada ayer por The New York Times y comienza con la retirada de unos 7.000 soldados, equivalente a dos brigadas de combate, que regresarán a casa sin ser sustituidos. A finales del 2007 solo quedarán 5 o 6 de las 14 brigadas ahora desplegadas. Las presidenciales estadounidenses serán en el 2008.

MENOS BASES El número de bases estadounidenses en Irak seguirá el mismo camino que el de las tropas, pues a finales de este año las 69 actuales se reducirán a 57, a mediados del 2007 se habrán quedado en 30, y a finales de ese año en solo 11, si el plan de retirada se materializa. No obstante, incluso con estos recortes el Pentágono seguirá siendo responsable de la seguridad en las zonas más violentas de Irak, el oeste de Bagdad y Bagdad. Casey quiere "involucrar al nuevo Gobierno iraquí para que pase del concepto teórico a la aplicación práctica de un plan de seguridad en los próximos dos años", explicó una fuente de la Casa Blanca al Times neoyorquino.

En Irak, el primer ministro, el chií Nuri al Maliki, presentó al Parlamento un plan de paz de 28 puntos que busca incorporar al proceso político a los grupos armados de la resistencia suní, a los que insta a desarmarse. El plan incluye una amnistía e indemnizaciones a los funcionarios y militares sunís purgados tras la caída del régimen de Sadam Husein, así como la elaboración de un calendario para la salida de las tropas extranjeras.

LLAMADA ESTADOUNIDENSE El embajador de EEUU en Irak, Zalmay Jalilzad, que participó en las conversaciones para elaborar el plan, llamó a los insurgentes a que depongan las armas. El líder suní, Adnan Al Dulaimi, por su lado, mostró también su apoyo al plan de paz, aunque exigió una pronta liberación de los detenidos y el fin de las operaciones militares contra la población civil iraquí. En EEUU, varios congresistas criticaron la amnistía.

Al Maliki dejó bien claro que la oferta no va dirigida a los grupos fieles a Sadam Husein ni a la organizaciones terroristas, como Al Qaeda. Ayer, el Consejo Consultivo de los Muyahidines, del que forma parte Al Qaeda, afirmó en un comunicado haber matado a los cuatro empleados de las embajada rusa que fueron secuestrados el pasado día 3 en Bagdad. Los terroristas colgaron ayer en internet imágenes de dicho asesinato a sangre fría.