El Parlamento belga dio ayer su respaldo al nuevo Ejecutivo interino, encabezado por el dirigente liberal flamenco Guy Verhofstadt, que dirigirá el país en los próximos tres meses y que tiene como tarea más urgente elaborar un presupuesto para el 2008.

Tras debatir su programa en extraordinaria, la Cámara otorgó su confianza al primer ministro y a todo su Gabinete por 97 votos a favor, 46 en contra y una abstención.

La ratificación del Gobierno interino, que había tomado posesión el viernes, aparca, al menos temporalmente, la crisis creada en el país tras las elecciones legislativas del 10 de junio. El ganador de los comicios, el democristiano flamenco Yves Leterme, se vio incapaz de formar una coalición de Gobierno dada la agria confrontación entre las fuerzas flamencas y francófonas sobre la necesidad de una reforma de las instituciones.

"Mi objetivo ahora es lograr un incremento de la confianza que permita el diálogo entre las comunidades", afirmó ayer Verhofstadt. El Gobierno interino se ha comprometido a adoptar medidas urgentes para combatir la subida del precio de los alimentos y del carburante, y preparar las reformas que permitan reducir la tensión entre las dos comunidades lingüísticas enfrentadas.

Verhofstadt tiene previsto entregar el poder a Leterme el 23 de marzo. El Gobierno interino incluye a los liberales y democristianos flamencos y francófonos y a los socialistas francófonos. Han quedado fuera los socialistas francófonos que, tras su derrota en las urnas en junio, han insistido en permanecer en la oposición, y el partido nacionalista flamenco N-Va, aliado electoral de Leterme.