David Cameron esgrimió ayer "el interés nacional" y apeló al sentido de colaboración de los británicos para enfrentarse a unos recortes en los servicios públicos sin precedentes. Durante la alocución con la que concluyó la conferencia de otoño, que los conservadores han celebrado en Birmingham, Cameron recuperó uno de los temas de su campaña electoral, el de la gran sociedad, para exhortar a los ciudadanos a participar en asuntos de interés mutuo y cubrir así las deficiencias del Estado.

"El Estado ha perdido, la sociedad ha ganado". "Debemos pasar del poder del Estado al poder de la gente". "Tu país te necesita", afirmó preparando el terreno para el anuncio, el día 20 de este mes, de una brutal rebaja de presupuestos, que en la mayoría de los ministerios alcanzará el 25%. "Desearía que hubiera otra vía, desearía que hubiera una vía más fácil, pero os digo que no hay otra vía que sea responsable".

ATAQUES AL LABORISMO A la hora de entrar en detalles, sin embargo, el primer ministro eludió una vez más especificar los servicios públicos que serán reducidos. Silencio también sobre la reforma de las pensiones. El lunes, el anuncio de la supresión de las ayudas por hijo a las familias de clase media había provocado malestar entre los delegados conservadores en un congreso que ha sido complicado para Cameron.

El ala derechista del partido le reprocha no haber conseguido la mayoría absoluta en las elecciones de mayo y haber entrado en un Gobierno de coalición con los liberaldemócratas. Cameron defendió ayer la coalición y dio las gracias al jefe de los liberales, Nick Clegg, por una colaboración de "respeto" y sin luchas entre "distintas tribus", en alusión a los últimos años de Gobierno laborista.

De aquellos 13 años en el poder y del legado laborista Cameron hizo, como cabía esperar, un balance nefasto. "Nos han dejado deudas masivas. Hemos heredado unas finanzas catastróficas", señaló.