Asumiendo la totalidad de las demandas de la fiscalía, el tribunal Mechtchanski de Moscú condenó ayer al ruso Mijail Jodorkovski y a su socio, el exdirector financiero de la petrolera Yukos, Platón Lebedev, a nueve años de cárcel cada uno por fraude y evasión fiscal. La dureza de la sentencia, que los observadores no dudan en atribuir a la voluntad del Kremlin de machacar a un oligarca que había apoyado a los partidos opositores, fue acogida con alarma en Occidente, que ven el final del experimento liberal en la economía de Rusia.

Jodorkovski, de 41 años, acogió el castigo sin mostrar ninguna emoción. Posteriormente, en una declaración leída por uno de sus abogados a la prensa, el condenado se mostró desafiante: "Mi sentencia ha sido decidida en el Kremlin", dijo. A su mujer, Inna, se le escapó alguna lágrima, mientras que en el exterior, sus partidarios gritaban: "¡Vergüenza!". Algunos llevaban retratos apoyando al magnate.

La fiscalía pedía 10 años de cárcel para Jodorkovski y otros 10 para su socio por 7 delitos económicos. La sentencia, que tardó 12 días en leerla el tribunal de la juez Irina Kolesnikova, reconoce la culpabilidad de los encausados en seis delitos, y les condena a 9 años de cárcel. Tras saber la sentencia, los abogados anunciaron que presentarán un recurso y la fiscalía informó de que presentará más acusaciones.

El veredicto ha preocupado a EEUU por la economía. El secretario de Comercio de EEUU, Carlos Gutiérrez dijo que la "incertidumbre" por el caso Yukos impide la afluencia de las inversiones de EEUU en Rusia. Los partidos de corte liberal, a los que Jodorkovski apoyaba para dar a la economía rusa reglas de juego transparentes, alertó de la deriva autoritaria de Vladimir Putin, quien había prometido instaurar la "dictadura de la ley".