La presidenta argentina, Cristina Fernández, profundizó hoy los cambios en su equipo de Gobierno tras la derrota que el oficialismo sufrió en los comicios legislativos del pasado 28 de junio, con la sustitución de dos funcionarios clave, el jefe de Gabinete y el ministro de Economía.

La mandataria aceptó las dimisiones del ministro Carlos Fernández y del jefe de Gabinete, Sergio Massa, y también la renuncia del secretario de Cultura, José Nun, lo que derivó en cambios en otras áreas centrales de gestión, como la cartera de Justicia. La dimisión de Carlos Fernández era la más esperada, pues el ministro de Economía se sentía incómodo con el alto perfil político que le exigía el puesto frente a su carácter reservado y su impronta técnica.

El Ministerio de Economía quedará a cargo del joven economista Amado Boudou, hasta hoy al frente de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), el ente estatal que maneja los millonarios fondos de jubilación.

Boudou, quien promete devolverle el "alto perfil" a la cartera económica, ganó poder el año pasado como impulsor de la polémica nacionalización de los fondos de pensión administrados por bancos y aseguradoras privadas, mayormente de capitales extranjeros.

La salida de Sergio Massa de la Jefatura de Gabinete tampoco sorprendió, porque hace meses que se venía especulando con su retirada, que se daba por ya segura tras el descalabro electoral.

El joven funcionario que había llegado hace un año a este influyente puesto en medio de la crisis del Gobierno con el campo sufrió el golpe de la derrota electoral de hace diez días, al jugarse su capital político como cuarto en la lista del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, que lideró el ex presidente Néstor Kirchner.

La Jefatura de Gabinete quedará a cargo del hasta hoy ministro de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos, Aníbal Fernández, que ya había sido ministro del Interior durante la presidencia de Kirchner (2003-2007) y secretario general de la Presidencia y ministro de Producción durante el Gobierno provisional de Eduardo Duhalde (2002-2003).

En reemplazo de Aníbal Fernández en el Ministerio de Seguridad fue designado Julio Alak, hasta hoy director general de Aerolíneas Argentinas, manejada por el Estado y en proceso de expropiación al grupo español Marsans.

El comando de la compañía área será cedido al abogado Mariano Recalde, hijo del diputado y dirigente sindical Héctor Recalde, mientras que la Anses quedará a cargo de Diego Bossio, representante del Estado en el directorio del Banco Hipotecario y hombre cercano a Boudou.

En tanto, la Secretaría de Cultura pasará a ser gestionada por el director de cine y dirigente político Jorge Coscia. Tras los comicios legislativos de junio, la oposición reclamaba la salida de funcionarios cuestionados por su desempeño, como el ministro de Planificación, Julio de Vido, y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

"No veo que por el resultado de las elecciones tenga que hacer algún cambio de gabinete, no lo veo escrito en ninguna parte ni veo que haya habido ninguna actitud por parte de algún ministro ni alguna política que haya sido causante de perder en la provincia de Buenos Aires", afirmó Cristina Fernández hace solo ocho días, horas después de la derrota del oficialismo en los comicios legislativos.

Sin embargo, ese día ya se había iniciado la renovación de su gabinete con la salida de la ministra de Salud, Graciela Ocaña, en medio de la expansión de la gripe A en el país, y con la renuncia, el miércoles pasado, del polémico secretario de Transporte, Ricardo Jaime, sobre el que pesan varias denuncias judiciales.

Desde entonces, los rumores sobre posibles nuevas modificaciones en el gabinete de Gobierno eran crecientes. Tras resolver hoy los cambios en su equipo de colaboradores, Cristina Fernández pronunció un discurso en la cena anual de camaradería de las Fuerzas Armadas, en el que no se refirió en ningún momento sobre la remodelación del gabinete.