Las tropas británicas en Irak han irrumpido en la campaña electoral de EEUU. El Gobierno de Tony Blair negó ayer que el posible despliegue de soldados del Reino Unido, bajo el mando estadounidense en los alrededores de Bagdad, forme parte de una operación para ayudar al candidato republicano, George Bush, de manera que los militares de EEUU puedan concentrarse en la lucha contra los insurgentes y apuntarse algún tanto, como sería la captura del terrorista Abú Musab al Zarqaui.

El ministro de Defensa, Geoff Hoon, explicará hoy en la Cámara de los Comunes que la decisión sobre el traslado de militares se tomará con criterios operacionales. Serán los mandos militares quienes, según Hoon, harán una estimación sobre el terreno. La oposición y los medios de comunicación sospechan que la maniobra militar esconde un gesto propagandístico muy beneficioso para Bush.

The Independent On Sunday escribió: "El ir de la mano con Bush nos ha traído pocos beneficios y sólo a puesto en peligro a las tropas en Irak". Además, según el diario, Blair ha pactado en secreto que Washington instale cohetes antimisiles en su territorio.