"¿Qué quieren? ¿El comunismo? ¿El marxismo-leninismo? ¿El populismo? ¿El totalitarismo?", se preguntaba Gabruel Dabdoub Alvarez, el presidente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo (CAINCO) de Santa Cruz, la región boliviana que representa el 33% de las riquezas del país. Al cerrar sus manos en señal de una guerra en ciernes, hasta su enorme anillo de oro palidecía

Esos puños hablan del nerviosismo de los empresarios cruceños desde que Evo Morales cumpliera su principal promesa electoral, la nacionalización de los hidrocarburos, e insinuara una mayor radicalización. El tema de los hidrocarburos se veía venir después del referendo del 2004, en el que la mayoría de la sociedad boliviana se inclinó por la nacionalización.

Lula y Bachelet

Lo que a Dabdoub Alvarez le impacta no es el proceso en sí, sino la forma en que se puso en marcha. "Fue una medida política y unilateral", dice a este diario. Al presidente de la CAINCO le gustaría que Morales se pareciera más a Luiz Inácio Lula da Silva o a la chilena Michelle Bachelet, o a las experiencias socialdemócratas europeas. Pero no. Piensa que Morales ha mirado hacia Venezuela y Cuba y que sus movimientos son controlados por un avieso titiritero, Hugo Chávez. "Dime de quién te rodeas y te diré hacia dónde vamos", señala.

"Estamos en la transición del modelo liberal al colectivista", anuncia el columnista Daniel Pasquier Rivero desde El Nuevo Día , a la par que llama a defender "el estilo de vida que tenemos" en esta región que más aboga por su autonomía.

La próspera y blanca Santa Cruz, se jacta de tener solo el 38% de pobres, contra más del 70% del occidente boliviano. Estos amantes de "las tradiciones y costumbres" se sienten atribulados. Cuando se preparan para uno de sus principales actos anuales --la elección de Miss Santa Cruz-- aparece Chávez como una pesadilla. Y al aterrizar le escuchan decir que Bolivia está eligiendo el mismo camino que Venezuela.

"La derecha en el continente me anda acusando porque está en retirada; viene una caballería y es por la izquierda. Me acusan en Centroamérica, en Perú y aquí. ¡Qué injerencia, ni que nada!", dice el dirigente venezolano. Y mientras Chávez habla con Morales en el Palacio Quemado, se da a conocer que las empresas estatales Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) firmarán el 18 de mayo un acuerdo de "alianza estratégica" para realizar tareas conjuntas de exploración.

Las opiniones tienden rápidamente a polarizarse en Bolivia y parecen prefigurar --de cara a la Constituyente de julio-- un escenario de crispación que para Chávez es conocido. Buena parte de los canales de televisión ya eligió emular a los medios venezolanos con ese tono del cine de catástrofes para hablar de ciertas medidas de Morales, o sobre la presencia de su aliado.

Los médicos cubanos

Los datos de la realidad se agigantan. Algunos ven agentes y asesores extranjeros y con acento caribeño por todos lados. "Ya se encargan de la seguridad de Morales", rumorean. Días atrás, el Colegio Médico de Bolivia denunció una invasión de doctores cubanos. "¿Para qué queremos una facultad de medicina? Si Cuba viene a cubrir acá su falta de mercado laboral, cerrémosla pues", se enojó Víctor Hugo Parada, en las pantallas de la televisión UTB.

En otro canal, el 21, un hombre que decía representar a la "hermandad cubana" aseguraba a los espectadores que se prepararan para lo mejor. No deben haber faltado quienes confirmaron sus peores predicciones políticas en ese parapsicólogo que invocaba al espíritu santo con un vaso de agua.