Medio siglo después de su huida del Tíbet y exilio en la India, el dalái lama arremetió ayer contra el Gobierno de Pekín y denunció que las campañas "represivas y violentas" de China contra los tibetanos han hecho experimentar a este pueblo "un infierno en la tierra". En un discurso difundido con motivo del 50º aniversario del fallido levantamiento de 1959 contra la ocupación china, el líder político y espiritual de los tibetanos descalificó la política de Pekín en la región e insistió en que la salida al conflicto pasa por una "autonomía significativa". "Estos 50 años han traído un sufrimiento y destrucción indecibles a la tierra y el pueblo del Tíbet. Incluso hoy, los tibetanos en el Tíbet viven con miedo constante, y las autoridades chinas desconfían continuamente de ellos", afirmó el dalái lama, quien con solo 23 años huyó de Lasa, la capital tibetana.

El líder tibetano también advirtió de que la religión, la cultura y la identidad de su pueblo "están cerca de la extinción", algo que refutó el gobernador del Tíbet, Champa Phuntsok. En declaraciones recogidas por la agencia oficial china Xinhua, tachó de "puras patrañas" las acusaciones del dalái lama y aseguró que la población tibetana, lejos de extinguirse, se ha duplicado en estos 50 años.

Un portavoz del Ministerio de Exteriores chino señaló por su parte que las afirmaciones realizadas por el líder tibetano son "mentiras" y defendió las reformas "democráticas" en el Tíbet. En opinión del dalái lama, sin embargo, las "reformas" y campañas de "reeducación patriótica" han conducido a "un inmenso caos y destrucción".

EXILIO MASIVO El levantamiento de 1959 llevó a más de 100.000 tibetanos a exiliarse. La gran mayoría se refugiaron en la India, país que les permitió hacer de la ciudad de Dharamsala la sede del Gobierno tibetano en el exilio. Además, en Nueva Delhi residen cerca de 5.000 refugiados tibetanos.