Los cuatro disidentes cubanos liberados el pasado viernes y que están en Madrid reaccionaron ayer con cautela y prudencia al anuncio de la renuncia de Fidel Castro y se mostraron escépticos ante la posibilidad de que haya cambios importantes en Cuba.

"Con el único Raúl con el que habrá cambios en Cuba es con Raúl Rivero", afirmó irónicamente Alejandro González Raga, uno de estos disidentes. González contrapuso así a Rivero, un poeta condenado a 20 años de cárcel por ser considerado un enemigo de la revolución, con Raúl Castro, el hermano de Fidel Castro, que está al frente del poder en Cuba.

VOZ EMBLEMATICA Las declaraciones de González Raga tuvieron lugar en una rueda de prensa en Madrid, en la que participaron los cuatro opositores citados y a la que asistió también Carlos Payá, hermano del líder del Movimiento Cristiano Liberación, Oswaldo Payá.

El dirigente democristiano afirmó en un comunicado difundido en La Habana que la renuncia de Castro "indiscutiblemente tiene importancia histórica" y llamó a las autoridades a "trabajar inmediatamente para transformar las leyes para que los ciudadanos tengan derecho a expresarse y asociarse". Oswaldo Payá pidió, además, la convocatoria de elecciones libres y la liberación de los presos políticos pacíficos a fin de que, "en un ambiente de reconciliación, el pueblo cubano pueda iniciar una nueva etapa de su vida".

Los disidentes que están en Madrid no parecían optimistas. Como González Raga, Pedro Pablo Alvarez Ramos descartó un escenario "con verdaderos cambios" en la isla caribeña porque, para ello, "debería producirse antes la liberación de todos los presos de conciencia".

En La Habana, los opositores discrepan sobre si Fidel Castro seguirá manejando el poder "entre bambalinas", pero la mayoría cree que su renuncia reforzará el poder de Raúl Castro para realizar las anunciadas reformas económicas. "Es un golpe fuerte para los elementos más inmovilistas del Gobierno", afirmó Oscar Espinosa Chepe, preso excarcelado del Grupo de los 75.

Frente a la alegría con la que recibieron hace año y medio la noticia de la enfermedad del comandante, el exilio cubano reaccionó ayer con calma y escepticismo a la renuncia del dictador. La confianza en que Raúl Castro emprenda un auténtico camino hacia la democracia es muy limitada tanto en la gente de la calle y en las organizaciones cubanas como en los poderosos medios de comunicación de Miami.