EEUU no ocultó ayer su satisfacción por el arresto del fundador de Wikileaks, Julian Assange. El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, que se encontraba de visita en Afganistán, dijo cuando se le preguntó al respecto: "Aún no me lo habían dicho, pero me parece una buena noticia".

El Pentágono cargó ayer contra los efectos que considera que está teniendo la filtración de los cables diplomáticos de EEUU por parte de Wikileaks. Según un portavoz --el coronel Dave Lapan-- EEUU dispone de informaciones según las cuales el contenido de los mensajes filtrados está siendo explotado por sus adversarios. Pero Lapan no aclaró cómo EEUU lo sabe ni quién explota los datos.

Las consecuencias prácticas de la revelación de información que estaba destinada a permanecer secreta son, según Lapan, difíciles de cuantificar. Los adversarios de EEUU han podido percatarse de los modos operativos de Washington y de sus medios de obtener información, y pueden modificar sus comportamientos.

LOS ESTUDIANTES Mientras, el Departamento de Estado se vio obligado ayer a desmentir que haya advertido a los estudiantes que no entren o pongan comentarios en los cables diplomáticos filtrados, según señaló ayer The Washington Post. "Hemos dado instrucciones a nuestros empleados porque aún tratamos estos documentos como clasificados, pero no a los ciudadanos en general. No tenemos control sobre las redes privadas o el acceso privado a internet", señaló el portavoz, Philip Crowley. Un portavoz de la Universidad de Columbia confirmó que un exalumno que trabaja en el Departamento de Estado les pasó una advertencia de que acceder o discutir el contenido de los cables comprometería en el futuro la criba de seguridad en un proceso de selección.