La Administración de George Bush ha vuelto a dejar claro su empeño de seguir actuando al margen de la legalidad internacional. Según se supo ayer, Washington ha rechazado informar al Comité de Derechos Humanos de la ONU sobre la situación de los presos detenidos en Irak, Afganistán y Guantánamo.

En julio del 2004, el comité pidió información a Washington sobre el estatus jurídico y el trato dispensado a los presos detenidos por EEUU fuera de sus fronteras. La respuesta no sólo fue negativa, sino que además se hizo esperar 15 meses.

No fue hasta el pasado 21 de octubre cuando Washington respondió que "el estatus jurídico y el trato de estas personas está regido por las leyes de la guerra" y, por tanto, según argumenta, escapa a las atribuciones del comité, que vela por la aplicación del pacto internacional sobre los derechos civiles y políticos.

Cada uno de los 154 estados signatarios del pacto informan regularmente al Comité de Derechos Humanos de la ONU, pero Washington estima que sólo está obligado en lo que se refiere a la situación de los derechos humanos en el interior de su territorio, y no en el extranjero. Esta interpretación ya ha sido rechazada por el comité, que reúne a 18 expertos independientes.

La respuesta negativa de Washington a la ONU coincidió con la invitación formulada el pasado viernes a un grupo de relatores de la ONU para que visite la base de Guantánamo, aunque con estrictas restricciones, como la prohibición de entrevistar en privado a los detenidos.

LIBERACION EN ABU GRAIB Por otro lado, el Ejército de EEUU anunció ayer la liberación de 500 prisioneros detenidos en la cárcel iraquí de Abú Graib, tristemente famosa por el escándalo de las torturas infligidas a los reclusos. La medida de gracia está relacionada con la celebración, a partir de hoy, de la fiesta musulmana del Aid, que marca el fin del mes sagrado del Ramadán.