Miles de judíos supervivientes del Holocausto viven en Israel abandonados a su suerte, sin ayudas del Estado y condenados a la más cruda pobreza. Coincidiendo con el Día del Holocausto, en el que se recuerda el genocidio de seis millones de judíos a manos de los nazis durante la segunda guerra mundial, el Ministerio de Asuntos Sociales israelí denunció ayer las condiciones de vida que padecen los supervivientes, cuya gran mayoría tiene más de 76 años. De los 250.000 que residen en el país, 180.000 no reciben ningún tipo de ayudas, y un tercio vive bajo el umbral de la pobreza.

"¿Cómo hemos llegado a una situación en la que no tienen derecho a nada?", se preguntaba el ministro del ramo, Isaac Herzog, tras mostrarse "profundamente avergonzado". Este ostracismo es toda una contradicción en un país que honra a los supervivientes de la Shoah como "héroes" y que ha convertido el Holocausto en el argumento central para defender ante sus detractores el derecho a la existencia de Israel.

De ahí la "absurda situación", en palabras de Herzog, que viven los supervivientes. Solo 40.000 reciben una pensión de invalidez estatal de alrededor de 220 euros al mes, tras haber logrado convencer al Estado de que su minusvalía deriva de las condiciones sufridas durante el Holocausto. Otros 20.000 cobran regularmente las indemnizaciones de Alemania. El resto, muchos emigrantes de los países de la antigua Unión Soviética llegados a Israel en los últimos 15 años y sin derecho a las indemnizaciones germanas, viven totalmente desamparados. Un horizonte muy distinto al de los supervivientes que viven hoy en Alemania. Allí tienen derecho a medicación y vivienda gratuitas.