Las nuevas tecnologías, como internet y los móviles, se han convertido en la mejor arma de los jóvenes reformistas. A pesar de los intentos de censura del Gobierno, han sido ellos los que han conseguido enviar al exterior imágenes de los violentos disturbios que se han registrado en diferentes partes de la ciudad, sobre todo en el norte y el centro. El régimen ha bloqueado algunas webs, así como Facebook, pero aquí muchos no solo se las han ingeniado para esquivar el bloqueo, sino también para enseñar a otros cómo hacerlo.

Los iranís menores de 30 años, que nacieron después de la revolución islámica de 1979, han crecido a la par del auge tecnológico. La blogosfera iraní es una de las más grandes del mundo. Según un estudio de la Universidad de Harvard, en Irán hay unos 60.000 ciberdiaristas activos, muchos de ellos con contenido político.

Libres virtualmente

Además se calcula que más de 200.000 personas utilizan la red Facebook. "Solo nos sentimos realmente libres en el mundo virtual", afirma un estudiante de la Universidad de Teherán en uno de los pocos cibercafés de la capital. En su muñeca derecha luce un brazalete de color verde, el color de los reformistas y uno de los símbolos de esta movilización popular.

Cada día son más los vídeos colgados en YouTube o enviados por correo electrónico captados por los móviles de los manifestantes. Gracias a ellos se sabe que la represión no se limita a cargas policiales y a detenciones, sino también al uso de armas de fuego y de armas blancas por parte de los basijs, la milicia civil islámica. Y también que la gente protesta espontáneamente.

Muchos jóvenes están usando servidores proxies --que permiten salvar la conexión a internet y entrar en páginas bloqueadas-- para burlar los filtros del Gobierno. Pero tal vez lo más interesante es el uso que se está haciendo de Twitter, el sistema de transmisión de mensajes que permite seguir casi en tiempo real, minuto a minuto, lo que está ocurriendo en Teherán y que es uno de los principales canales para informar al mundo. "Confirmo que hay un escuadrón de basijs alrededor de la plaza disparando a la gente desde la azotea", escribió una chica el pasado lunes.

El uso masivo de los mensajes de telefonía móvil ya quedó de manifiesto durante la campaña electoral, los únicos días en los que muchos iranís saborearon lo que es expresarse libremente en público. Según informó entonces la compañía de telecomunicaciones iraní, los mensajes de texto superaron los 110 millones. El régimen no permite a los enviados especiales de la prensa extranjera renovar sus visados y quedarse más tiempo en el país. Los iranís fieles al reformista Mir Husein Musavi no cesarán en su empeño de mostrar lo que pasa en su país, aunque sea virtualmente.