Irán está dispuesto a hablar de lo que haga falta menos de su programa nuclear, un "derecho inalienable". Esta fue la respuesta que Mahmud Ahmadineyad dio ayer a la oferta de diálogo de EEUU. Para Teherán, "la cuestión nuclear es un capítulo cerrado", añadió el presidente iraní, por si alguien no lo tenía claro.

Reforzado por el apoyo del Parlamento a su nuevo Gobierno, Ahmadineyad llegó a ofrecer al presidente de EEUU, Barack Obama, celebrar un debate televisado sobre los problemas del mundo. "¿Qué mejor manera de solucionarlos?", dijo.

Obama había fijado un plazo hasta finales de este mes para que Irán respondiera a la última propuesta del llamado G-6 --EEUU, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China--, que incluía contrapartidas económicas y diplomáticas a cambio de dejar de enriquecer uranio.