El Ejército de Sri Lanka ha hallado el cadáver del máximo líder de los "tigres tamiles", informó hoy el jefe del Estado mayor, Sarath Fonseka, en un comunicado divulgado por el Ministerio de Defensa. "El cadáver de V. (Vellupillai) Prabhakaran, líder psicópata de la más bárbara organización terrorista del mundo, los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE), ha sido encontrado hace poco rato", aseguró Fonseka en la nota. El anuncio oficial se produce pocas horas después de que el responsable de relaciones internacionales de la guerrilla, S. Pathmanathan, asegurara en una entrevista concedida al portal afín Tamilnet, que su líder se encontraba "vivo y a salvo". "Hemos encontrado su cadáver", reiteró un oficial de Defensa tras las declaraciones de Pathmanathan. El Ejército ha recobrado desde el lunes los cadáveres de 352 guerrilleros tras el último y fallido intento del LTTE de romper el cerco al que estaba sometido en una pequeña área del noreste de Sri Lanka. Este lunes, las tropas habían anunciado la muerte de la toda la cúpula de la organización en una lista que contenía 18 nombres, pero en la que destacaba la ausencia de su líder mientras proseguía el proceso de identificaciones. Varias fuentes confirmaron de hecho que Prabhakaran estaba entre los fallecidos y el Ejército aseguró que había "fuertes" evidencias que sugerían este hecho. Hoy, el presidente ceilanés, Mahinda Rajapaksa, abogó en el Parlamento por la reconciliación nacional y la integración de la minoría tamil, pero el hecho de que no mencionara al líder guerrillero alimentó la especulación sobre la muerte de este. Hasta el momento, el Ejército no ha divulgado imágenes o pruebas sobre la muerte del líder rebelde, aunque varias fuentes mantuvieron ayer que "todos" los guerrilleros están muertos. El LTTE ha luchado durante más de 25 años por obtener la independencia para la minoría tamil en la isla del Índico, dominada por la mayoría cingalesa, y llegó a dominar amplias franjas de territorio en su momento de mayor pujanza. Rajapaksa aseguró que, con las últimas operaciones, el movimiento guerrillero ha quedado completamente destruido. La ofensiva del Ejército ha causado la muerte de más de 6.500 civiles, según cálculos de la ONU, mientras que otros 265.000 se encuentran confinados en campos instalados por el Gobierno de los que, de acuerdo con las organizaciones de ayuda, no pueden salir.