El ministro británico de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, negó ayer que vaya a presentar su dimisión a la primera ministra, Theresa May, a pesar de los rumores que apuntaban que podría hacerlo antes del fin de semana. Rodeado de periodistas en Nueva York, donde asiste a la asamblea anual de la ONU, Johnson afirmó que el Gobierno está «trabajando unido». «Somos pájaros cantando en el nido», bromeó, rechazando divisiones. Pero sus amigos han corrido la voz de que podría dejar el Gobierno si May opta por una salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) pactada y moderada. Quince meses después del referéndum, las disputas dentro del Gobierno sobre el camino que debe tomar el brexit siguen sin zanjarse.

La nueva crisis en el Partido Conservador estalló el domingo con un artículo de Johnson en el diario tory, The Daily Telegraph, en el que enunció sus principios para la ruptura tajante y dura con Bruselas, sin periodos transitorios, ni pagos a la UE. Incluso resucitó los famosos 350 millones de libras semanales (380 millones de euros) del presupuesto actual de la UE, que se dedicarían a la sanidad pública (NHS), la gran falsedad de la campaña del referéndum. El texto era un desafío a la autoridad de May, cuando precisamente este viernes se dispone a pronunciar un esperado discurso en Florencia para tratar de desbloquear las negociaciones del brexit y en el que podría anunciar el propósito del Gobierno de negociar un periodo transitorio, tras la salida de la UE en marzo del 2019.

Esa vía daría un respiro a las empresas e instituciones para adaptarse y es la línea que defienden dentro de Gabinete el ministro de Finanzas, Phillip Hammond, o la titular de interior, Amber Rudd. Esta última acusó a Johnson de querer dirigir el brexit «desde el asiento de atrás». Para el que fuera titular de Finanzas, Kenneth Clarke, una de las figuras históricas de los conservadores, Johnson es «deshonesto» y busca «hacerse publicidad» a cargo del Gobierno. Clarke señala que «en circunstancias normales», Johnson habría sido cesado, pero la debilidad de May, tras perder la mayoría en las últimas elecciones, le impide poder hacerlo, algo de lo que el ministro de Exteriores trata de aprovecharse.

Johnson ha recibido el apoyo de Michael Gove, que le traicionó en la carrera por el liderazgo tras el referéndum. También están a favor de la línea dura los otros dos ministros para el brexit, David Davis y Liam Fox.

El artículo apareció cuando May se hallaba fuera del país, de visita oficial en Canadá, lo que agrava la deslealtad y provocación. La primera ministra y Johnson debían coincidir en Nueva York, un encuentro en el que pueden saltar chispas. El que fuera ministro de Exteriores conservador William Hague ha advertido que «la falta de coordinación» sobre el brexit entre los principales miembros del Gobierno conducirá a una derrota electoral.