A la tercera va la vencida, es un dicho que puede aplicarse Guido Westerwelle. El líder de los liberales será probablemente vicecanciller y ministro de Exteriores, tras haber acariciado el Gobierno en dos ocasiones (2002 y 2005). Este abogado de 47 años, ambicioso y luchador, es el responsable de la resurrección del FPD. Ha sabido vender la imagen de defensor de la clase media, por encima de la que de él tienen sus enemigos, de defensor de los ricos.