El primer ministro británico, Gordon Brown, consiguió ayer que el Parlamento aprobara la extensión del periodo de detención de los sospechosos de terrorismo, sin presentar cargos, de 28 a 42 días. Pero la victoria fue agridulce, después de que, según el recuento, se supiera que 37 diputados laboristas se rebelaron contra el Gobierno. Y es que fueron los 9 diputados del Partido Democrático Unionista los que salvaron al Gabinete de la derrota, tras haber sido cortejados con incentivos económicos para Irlanda del Norte.

En la atestada Cámara de los Comunes, la votación prometía ser tan reñida que hasta el ministro de Exteriores, David Miliband, suspendió la reunión que tenía prevista para hoy con el primer ministro de Israel, Ehud Olmert, para regresar a Londres. El resultado final fue de 315 votos a favor y 306 en contra. En las últimas semanas, el Gobierno ha trabajado para asegurarse la lealtad de los diputados laboristas que podían rebelarse. El mismo Brown envió una carta a los diputados, y el Gobierno ha hecho varias concesiones para convencer a los más reticentes.

La última de ellas fue presentada ayer mismo por la ministra del Interior, Jacqui Smith. El Gobierno ofrecerá compensaciones económicas, todavía sin especificar, por cada día de detención más allá de los 28 días actuales a aquellos sospechosos que luego sean declarados inocentes.

PROTESTA Frente al Parlamento se manifestaron ayer grupos defensores de las libertades civiles. No obstante, según un sondeo publicado ayer por The Daily Telegraph , el 69% de los británicos están a favor de la extensión en circunstancias excepcionales.

Mientras, la policía lanzó ayer una investigación después de que unos documentos secretos aparecieran abandonados en un tren. El pasajero que los halló se los dio a la televisión BBC.