El Reino Unido, en sintonía una vez más con el Gobierno de EEUU, acusó ayer a Sadam Husein de mentir en la declaración enviada al Consejo de Seguridad de la ONU. Tras un primer vistazo al documento, el primer ministro, Tony Blair, se declaró muy escéptico con el dosier, ante la Cámara de los Comunes.

El titular de Asuntos Exteriores, Jack Straw fue mucho más tajante, al calificar de "falsedad obvia" las afirmaciones de las autoridades iraquís de haber abandonado los programas de armas de destrucción masiva. "Aún no hemos terminado el análisis completo de la declaración iraquí, pero está claro, con una simple evaluación preliminar, que esta no es la versión completa exigida por la resolución 1.441" de la ONU, señalaba el comunicado emitido por Straw. El informe "no va a engañar a nadie, y si Sadam persiste con esa mentira, quedará claro que rechaza la vía de la paz", añadió el jefe de la diplomacia británica.

En el Ministerio de Defensa británico se ultiman los preparativos para una posible intervención de las tropas británicas en el Golfo. Este departamento ha fletado, a partir del 15 de enero y por tres meses, un gran buque mercante para transportar tropas, carros blindados y otro material bélico.