Luxemburgo respaldó ayer por una amplia mayoría la Constitución de la Unión Europea (UE) y rompió la tendencia negativa creada por los referendos de Francia y Holanda. El 56,52% de los 223.000 luxemburgueses con derecho a voto se pronunció a favor de la Constitución, mientras que el 43,48% restante votó en contra. Sólo 9 de los 118 municipios luxemburgueses votaron en contra, la mayoría situados junto a la frontera francesa.

Luxemburgo se convirtió de este modo en el país número 13 en ratificar el Tratado Constitucional, lo que significa que ya más de la mitad de los estados miembros de la UE han dado su apoyo al texto que refuerza la unión política europea. El resultado del referendo supone además una victoria política personal del primer ministro luxemburgués y uno de los dirigentes más influyentes de la UE, Jean-Claude Juncker, que anunció que dimitiría de su cargo si el no resultaba mayoritario.

"El mensaje que emerge y que se dirige a Europa y al mundo es que la Constitución no está muerta después de los votos de Francia y Holanda", declaró Juncker tras concluir el escrutinio. El triunfo del en Luxemburgo revitaliza el proceso de ratificación del nuevo tratado y mantiene viva la esperanza de poder salvar la Constitución o la mayor parte de su contenido.

BUENA SEÑAL La amplia victoria del luxemburgués, con un diferencia de 13 puntos porcentuales, envía una señal muy positiva a los nueve países comunitarios que aún no han iniciado el proceso de ratificación. Juncker destacó que si el no hubiera vencido, "Europa se encontraría en una crisis ultragrave", pero este permite ver "en el horizonte elementos de optimismo".

Para poder entrar en vigor, la Constitución de la UE debe ser ratificada por los 25 estados miembros. No obstante, el propio Tratado Constitucional prevé en una declaración final que, si al cabo de dos años ha sido ratificado por cuatro quintas partes de los estados miembros y hay un pequeño número de países que ha encontrado dificultades, los líderes de la UE se reunirán para examinar la cuestión.

Tras el triunfo del no en los referendos de Francia y Holanda, los Veinticinco acordaron el pasado 16 de junio en la cumbre de Bruselas prorrogar sin fecha el periodo inicial de ratificación y abrir un periodo de reflexión.

REPETIR CONSULTAS Frente a quienes afirman que la Constitución nunca llegará a entrar en vigor, Juncker insistió en que habrá que esperar a que se complete el proceso de ratificación para comprobar cuántos países han dicho no . Entonces, añadió Juncker, los líderes de la UE podrán acordar pedir a los países que han dicho no que vuelvan a plantear la pregunta o podrán decidir iniciar una renegociación.

Tras la dura campaña de las últimas semanas, la satisfacción reinaba entre los partidarios de la Constitución. "Luxemburgo, un país fundador, ha vuelto a poner en marcha el proceso de ratificación de la Constitución, que es indispensable para el funcionamiento de la UE ampliada", declaró a este diario la secretaria general del Movimiento Europeo de Luxemburgo, Haude Lannon. "Luxemburgo ha enviado un fuerte mensaje europeísta al resto de la Unión Europea", destacó satisfecha Lannon.