En la jornada más sangrienta en Irak en las últimas tres semanas, 29 personas murieron ayer y 68 resultaron heridas en una cadena de atentados contra fieles chiís que acababan de cumplir con sus oraciones del viernes en mezquitas de Bagdad. Nadie se atribuyó la autoría, pero todos los indicios apuntan a grupos vinculados a Al Qaeda. Los chiís representan un 65% del total de 26 millones de habitantes que habitan en el país y están enfrentados con la comunidad suní.

Cinco bombas estallaron a medida que los fieles abandonaban los templos de Al Sharufi, Al Rasul, Al Hakim, Al Sadrin y el del imán Al Sadiq. Fuentes del Ministerio de Interior informaron de que el mayor número de muertos se produjo a las afueras de la mezquita de Al Sharufi, al noreste de Bagdad, donde murieron 21 personas.