La prensa paquistaní mostró ayer una euforia moderada ante la noticia, aún no confirmada, de la muerte del líder talibán paquistaní Baitullah Mehsud. El desmentido divulgado por los colaboradores de Mehsud no fue tenido en cuenta por las autoridades de Islamabad que lo calificaron de "propaganda" y esperan la confirmación del suceso de sus propias fuentes. El Gobierno pakistaní anunció el viernes que el principal jefe de los rebeldes talibanes habría sido alcanzado probablemente por un misil estadounidense en su feudo tribal del noroeste, en Waziristán, junto a sus guardaespaldas y una de sus esposas.

Los rumores que corrieron ayer es que, ante su desaparición, las distintas facciones talibanes englobadas en el movimiento Tehrik e Taliban Pakistan (TTP), estaban ya debatiendo, a tiros, quién heredaría el liderazgo de Baitullah. Alguien con muchas probabilidades de sucederle es su primo Hakimullah Mehsud, quien dirige a combatientes en las regiones tribales de Kurram, Orakzai y Khyber. Hakimullah Mehsud declaró a diversos medios paquistanís que el líder "está vivo y a salvo". Otro posible sucesor es Wali ur Rehman, pero si lo que el ministro de Interior paquistaní, Rehman Malik, dijo es cierto, las discusiones a tiros fueron entre ellos y "uno de los dos podría estar muerto".