El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, aseguró ayer que dará todo su apoyo al nuevo Gobierno que está a punto de formarse en su país. Un Gobierno que estará encabezado, si es elegido hoy como se prevé, por Yusuf Raza Gilani, candidato del Partido Popular de Pakistán (PPP), en el lugar que hubiera ocupado la asesinada líder Benazir Bhutto. Si los pactos alcanzados se mantienen, Gilani contará con el apoyo de la Liga Musulmana-N (LM-N) del exprimer ministro Nawaz Sharif y de la Liga Awami. Como curiosidad política, cabe destacar que Gilani estuvo encarcelado por el régimen de Musharraf más de cinco años, y que su actual aliado, Sharif, fue derrocado por un golpe de estado militar, dirigido por el entonces general, en 1999, cuando era primer ministro.

Por primera vez vestido de civil en la celebración nacional del 23 de marzo, Musharraf expresó a la agencia estatal APP su deseo de que el nuevo Gobierno "contribuya a la estabilidad política y al desarrollo económico", sin olvidar "la lucha contra el extremismo y el terrorismo". "Hemos construido los cimientos de la democracia real en los últimos años y hemos puesto a Pakistán en el camino del progreso y el desarrollo", proclamó Musharraf en una intervención durante la parada militar celebrada ayer. El presidente añadió que su "programa democrático" está a punto de culminar con la constitución de los nuevos ejecutivos a escala nacional y provincial.

REELECCION FORZADA En octubre, se hizo reelegir presidente antes de las elecciones legislativas por un Parlamento en el que tenía mayoría, y después instauró el estado de emergencia para purgar y encarcelar a los jueces que declararon inconstitucional su reelección. Hoy, en el momento más bajo de su popularidad, se encuentra aislado en el exterior, pese a su estrecha alianza con EEUU, y cercado en el interior por la amenaza de Al Qaeda y por un Parlamento controlado por sus opositores y que tiene legitimidad para deshacer sus arbitrariedades.

El PPP, ganador de las elecciones del pasado 18 de febrero, y la LM-N sumarán dos tercios de los votos del Parlamento, una mayoría suficiente para enmendar la Constitución y derogar los decretos introducidos por Musharraf para aumentar los poderes presidenciales y limitar los del Gobierno y el Parlamento. Además, en noviembre se vio obligado a dimitir como jefe del Ejército, condición impuesta por sus aliados occidentales para darle un cierto aire de legitimidad democrática al proceso electoral en el que el régimen se había embarcado.

El candidato del PPP a la jefatura de Gobierno, Yusuf Raza Gilani, declaró ayer que su país atraviesa un "momento crítico" y añadió que gracias a la difunta líder de su formación, Benazir Bhutto, la democracia está llegando a Pakistán. En declaraciones a los medios de comunicación, Gilani, dirigente de la región oriental de Punjab, apeló a la cooperación de todo el pueblo paquistaní para salir adelante.

Existen rumores que lo señalan como un primer ministro de transición. Según esos rumores, el viudo de Bhutto, Asif Alí Zardari, sin escaño parlamentario, podría presentarse próximamente a unas elecciones parciales tras la dimisión de algún diputado de su partido. Eso daría lugar a una nueva elección que lo habilitaría para ser designado candidato a primer ministro por su partido. Falta saber si esta solución contaría o no con el apoyo de la Liga de Sharif. Desaparecida su esposa, Zardari es ahora el máximo dirigente del PPP a la espera de que su hijo Bilawal termine sus estudios y se convierta, con el apellido Bhutto, en el nuevo líder del partido fundado por su abuelo Zulfikar Alí.