El tiempo se está acabando para los islamistas radicales atrincherados en el complejo de la Mezquita Roja de Islamabad. El Gobierno de Pakistán dio ayer por terminadas las negociaciones con el clérigo rebelde atrincherado para una salida pacífica del recinto y anunció que solo acepta la rendición total. Aunque aún no se ha establecido un plazo para llevar a cabo el asalto, los preparativos militares en torno a la mezquita apuntan hacia un final que puede convertirse en un baño de sangre.

El presidente de Pakistán, el general Pervez Musharraf, pidió anoche a las fuerzas de seguridad encargadas de la operación que sean "pacientes" y den tiempo para que los niños puedan salir del recinto, informó la agencia estatal APP. Musharraf optó por este retraso temporal "en atención a las súplicas de los angustiados padres". Precisamente ayer, televisiones locales dijeron que dos misiles antiaéreos fueron lanzados contra el avión en el viajaba Musharraf cuando sobrevolaba Rawalpindi, pero el Ejército lo desmintió.

DOS NIÑOS MUERTOS Paralelamente, informaciones cercanas a las fuerzas de seguridad dijeron que dos alumnos de 12 y 14 años murieron por disparos de los extremistas cuando trataban de huir. Los enfrentamientos entre ambos bandos, que se iniciaron el martes, han dejado ya al menos entre 15 y 30 muertos.

El cabecilla de los atrincherados, el clérigo Abdul Rashid Ghazi, se negó a entregarse a las autoridades y a dejar en libertad a los niños que mantiene retenidos. Para deponer las armas, puso como condición que le dejaran en libertad junto con su familia. El Ministerio de Interior calculaba que aún quedan entre 300 y 400 personas, de las cuales medio centenar pueden ser radicales fuertemente armados.

El líder de la mezquita, el maulana Abdul Aziz, fue detenido el miércoles cuando intentaba escapar. Sin embargo, su hermano, el también maulana Abdul Rashid Ghazi, ha tomado el mando y, según revelaron algunos de los 1.100 seguidores que se rindieron, se ha refugiado en un sótano junto a unas 20 mujeres, que retiene como rehenes, y grandes cantidades de armas automáticas y explosivos.