Karol Wojtyla afirma en su testamento que no deja "ninguna propiedad de la que sea necesario disponer" y añade: "Respecto a las cosas de uso diario que me servían pueden ser distribuidas como se crea oportuno". En el texto, cuya última anotación data del año 2000, evoca su población natal, Wadovice, "la ciudad de mi corazón"; Polonia; los "hermanos de las Iglesias separadas", y el rabino jefe de Roma, Elio Toaf.