Tony Blair vuelve a enfrentarse a su partido a causa de Irak. Un grupo de 45 diputados laboristas presentó ayer una moción pidiendo que se vote en el Parlamento el futuro despliegue de tropas británicas en zonas más peligrosas, ocupadas por fuerzas de EEUU. Esos parlamentarios no sólo temen que el traslado incremente significativamente el riesgo para los soldados británicos, sino que además sospecha que la decisión ya ha sido tomada y es una ayuda encubierta al presidente George Bush, a dos semanas de las elecciones en EEUU.

En la Cámara de los Comunes, el líder liberaldemócrata, Charles Kennedy, también dejó ayer claro que su partido se opondrá al desplazamiento militar. Blair confirmó que 650 hombres del regimiento escocés de los Black Watch participarían en la operación si finalmente se acepta la petición de EEUU, algo que aún, insistió, no está decidido.

LAS ELECCIONES El primer ministro británico negó que el traslado esté vinculado a la suerte electoral de Bush. "No tiene nada que ver con las elecciones norteamericanas. Sin embargo, tiene mucho que ver con las elecciones en Irak de enero", señaló. También calificó de "completamente falsa" la información de que los mandos militares británicos se oponen a la medida. Blair aseguró que, en cualquier caso, los soldados del regimiento Black Watch pasarán la Navidad en casa, una promesa recibida con alegría por sus familiares.