Las fuerzas de seguridad iraquís estuvieron esta semana a un paso de dar con Ezat Ibrahim al Duri, el único alto dirigente de la dictadura de Sadam Husein que todavía no ha sido capturado. Al Duri logró escapar la noche del jueves al cerco que le tendió la policía y milicianos de un grupo tribal de la provincia de Saladino, según informaron ayer las autoridades iraquís.

La operación se llevó a cabo en una casa de la localidad de Al Sada al Nuaim, cerca a la ciudad de Tikrit, a unos 180 kilómetros al norte de Bagdad. En la vivienda, la policía halló pruebas sobre la estancia en la zona de Al Duri, considerado como uno de los principales cabecillas de los grupos de la insurgencia iraquí. El pasado mes de octubre, más de 20 grupos armados sunís anunciaron la creación de una coalición bajo el mando de Al Duri.

REY DE TREBOL Muy próximo al fallecido Sadam Husein --llegó a ocupar la vicepresidencia en la dictadura-- Al Duri estaba en la lista de hombres más buscados por las fuerzas de EEUU tras la invasión de Irak, en marzo del 2003. De hecho era el rey de trébol en la baraja que repartió el alto mando estadounidense a las tropas para facilitar la localización y detención de los cuadros dirigentes de Sadam. Por su captura, Washington ofrece 10 millones de dólares (casi siete millones de euros).

Hace unos dos años, la resistencia iraquí emitió un comunicado en internet en el que anunciaba la muerte de Al Duri por enfermedad. La información, sin embargo, nunca llegó a ser confirmada ni por las autoridades de Bagdad ni por el Ejército de Estados Unidos. Entretanto, la violencia se cobró ayer la vida de al menos 10 personas, seis de ellas policías que fallecieron al estallar un coche bomba conducido por un suicida en una comisaría de Baiji, en el norte de Bagdad. EEUU, por su parte, dijo haber matado a una docena de miembros de Al Qaeda en operaciones llevadas a cabo en el norte y centro del país.