El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, intercambiaron hoy buenas palabras y bromas y dijeron haber aproximado posiciones sobre un escudo antimisiles en Europa, aunque sin anunciar ningún acuerdo. El sistema anti-balístico de defensa es uno de los principales puntos de fricción entre los dos países.

EEUU estudia la posibilidad de ubicar un interceptor de misiles en el norte de Polonia, así como radares en la República Checa para neutralizar un potencial ataque de estados como Irán. Rusia rechaza que ese sea el motivo de fondo y sostiene que la iniciativa persigue inutilizar su arsenal nuclear. Putin propuso durante su última visita en julio a Estados Unidos incorporar un nuevo radar, en construcción en la actualidad en el sur de Rusia.

Rusia, que también dice estar lista para actualizar su sistema de detección de misiles en Gabala (Azerbaiyán) pasaría de forma inmediata la información recogida por sus sensores en Azerbaiyán a EEUU y, presumiblemente, a Europa. Esas instalaciones harían innecesaria, a juicio de Rusia, la construcción de un radar en la República Checa, como pretende Estados Unidos.

El presidente ruso reiteró hoy su invitación a EEUU para que envíe una delegación a Azerbaiyán, según indicó en rueda de prensa Jim Jeffrey, asesor de la Casa Blanca en temas de economía internacional. Jeffrey apuntó que Washington había aceptado la invitación y que un grupo de científicos estadounidenses podría viajar a Gabala este mismo mes.

En temas de seguridad, ambos líderes abordaron también las ambiciones nucleares iraníes. "Rusia planea y está lista para continuar trabajando con nuestros socios y colegas en el marco del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y las Naciones Unidas", señaló Putin al final del encuentro con su homólogo estadounidense. Expresó su esperanza de que se alcance una solución a ese contencioso que beneficiaría, dijo, tanto a la comunidad internacional como al pueblo iraní. Estados Unidos, por su parte, hizo hincapié en su respaldo a los proyectos civiles de energía nuclear en Irán, según Jeffrey.

En el terreno económico ambos dirigentes hablaron sobre el deseo de Rusia de ingresar en la Organización Mundial de Comercio (OMC), una iniciativa que Washington dijo respaldar plenamente.

Unas horas antes del arranque de la reunión, Bush instó a Moscú a respetar el proceso democrático. "Animamos a los líderes rusos a respetar las normas esenciales de la democracia", dijo el inquilino de la Casa Blanca sin ahondar más en el comentario en un discurso ante líderes empresariales que participan en el foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). El presidente norteamericano precisó, de todos modos, que su país está dispuesto a seguir trabajando con el Gobierno de Moscú "para impulsar intereses comunes en el mundo".

La reunión con Putin se produjo poco después de un embarazoso incidente diplomático entre Bush y el presidente de Corea del Sur, Roh Moo-hyun. La tensión llegó cuando Roh instó a Bush a comprometerse a dar oficialmente por terminada la Guerra de Corea (1950-53). Bush replicó que el conflicto que técnicamente continúa hoy en día al no haberse firmado un acuerdo permanente de paz terminará cuando el norcoreano Kim Jong-il ponga fin a su programa nuclear. Roh contraatacó con un "si pudieras ser un poco más específico", a lo que el presidente de EEUU respondió: "No puedo ser más claro, señor presidente, esperamos el día en el que podamos poner fin a la guerra de Corea. Eso sucederá cuando Kim Jong Il desmantele de forma verificable sus programas armamentísticos". El intercambio estuvo acompañado de las risas nerviosas de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, y otros funcionarios estadounidenses presentes en el acto.