"Cuando nos llamaron estábamos a punto de irnos de vacaciones. Ibamos a ir a la playa una semana, pero al final la playa fue esto". María Luisa Ruiz, de 66 años, se sienta recogida sobre sí misma y con una expresión preocupada en la sala de espera de la primera planta del Hospital Internacional de Sharm el Sheij. Su hija Ana María Sánchez, de 23 años, permanece ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde fue operada de urgencias el sábado tras resultar herida por una de las tres bombas que sembraron de desolación en Sharm el Sheij. Ana María está estable, pendiente de cuándo los médicos den el visto bueno para su traslado a El Cairo o directamente a España.

"El 5 de agosto, Ana iba a cumplir cuatro meses en Egipto", dice María Luisa. Ana María, albaceteña de la localidad de Munera, es una ingeniera química que trabaja para la empresa española Segas, de Unión Fenosa, en una planta licuadora en Damieta, una localidad situada al norte de El Cairo. Este fin de semana decidió pasarlo en Sharm el Sheij junto a un grupo de 17 amigos y compañeros de trabajo, con los que cenó el sábado por la noche en un restaurante cercano al Hotel Ghazala. Al salir del local tras la cena, les sorprendió a unos 200 metros de distancia la terrible explosión, que dañó a Ana María en el abdomen y le produjo una hemorragia interna.

Otro ingresado

Otro español compañero de Ana María, Tomás Fraga, sigue ingresado en el Hospital Militar de El Cairo, donde también recibió la visita de sus familiares y donde evoluciona favorablemente de las quemaduras que sufrió en la cara. Su situación está "bajo control".

"Un amigo de Ana nos llamó el sábado sobre las nueve de la mañana, cuando todo ya había pasado, para que no nos preocupáramos. Rápidamente nos movilizamos y llegamos aquí el mismo día", explica María Inés, de 33 años, hermana de Ana y sombra en todo momento de su madre. Ese "todo" al que se refiere María Inés es la operación de urgencia a la que fue sometida su hermana al llegar al hospital. Tras salir del quirófano a las tres de la madrugada, Ana María fue trasladada a la UCI, donde ayer permanecía sedada pero consciente, y fuera de peligro.

La familia ha podido hablar con su hija, quien es plenamente consciente de lo que le ha ocurrido, aunque "en ningún momento quiere hablar de la explosión, prefiere hablar de cosas más sencillas", explica la hermana de la víctima. Lo que sí ha expresado claramente Ana María es su deseo de irse lo antes posible. "Nos ha dicho que quiere salir cuanto antes de aquí, pero eso depende del criterio de los médicos", comenta María Luisa, antes de susurrar: "Esto es un desastre". Ayer supieron que el sábado por la noche su hija apareció convaleciente en la televisión egipcia con una ilustre visita: la del presidente, Hosni Mubarak.