La periodista francesa Florence Aubenas llegó ayer por la tarde a Francia "de buen humor", después de cinco meses de secuestro en Irak. La enviada especial del diario Libération fue recibida a pie de avión por el presidente francés, Jacques Chirac, su familia y numerosos periodistas. El Gobierno afirmó que no ha pagado "ningún rescate" para lograr su puesta en libertad. "No ha habido ninguna petición de dinero", dijo el portavoz del Ejecutivo, Jean-Fran§ois Copé.

Aubenas fue liberada junto con su guía Husein Hanún el sábado, pero la confirmación oficial no se hizo hasta ayer a media mañana. El director del Libération , Serge July, dijo que la liberación fue una "operación bastante complicada". July, que estaba en el avión que trajo de vuelta a la reportera desde Chipre, explicó que los secuestradores recorrieron "unos 80 kilómetros" con los rehenes en Bagdad antes de que fueran "recuperados" por los agentes franceses.

DESDE EL 5 DE ENERO Por razones de seguridad, sólo la familia conocía la liberación de Aubenas desde el primer momento. Recibieron una llamada de Chirac que les confirmó el final de un calvario que empezó el 5 de enero, cuando el periódico perdió el contacto con su reportera.

El resto de los ciudadanos franceses pudieron celebrar la liberación cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores emitió una nota de prensa con la buena noticia. Chirac expresó el sentimiento de "felicidad de toda la nación" en la televisión.

Lo primero que hizo Aubenas al pisar suelo francés fue agradecer el apoyo de sus paisanos. "De todos los que me permiten estar de retorno a Francia", dijo, sonriente. Ante las preguntas de los numerosos periodistas desplazados al aeropuerto militar de Villacoublay afirmó: "Me siento claramente mejor".

La periodista, de 44 años, explicó que estuvo en una cueva con su guía, pero no dio más detalles. Lo hará en una rueda de prensa mañana. Sí explicó que un día que los secuestradores la vieron muy apagada intentaron animarla dejándole ver un poco la televisión. La desataron y le permitieron retirarse un poco la cinta que le cubría los ojos. Vio cómo hablaban de ella en la cadena francófona TV-5 y confesó: "Era la primera en no ir a las manifestaciones y cuando me vi en la tele, me arrepentí. Ha sido una ayuda formidable".

La madre, Jacqueline Aubenas, se mostró "loca de alegría" y aseguró que no podría agradecer nunca la movilización para salvar a su hija. El palacio presidencial había recibido una solicitud con 170.000 firmas pidiendo la liberación, y unos 200 medios de comunicación europeos se habían sumado al llamamiento.

"Estamos todos extremamente aliviados y felices, y muy, muy agradecidos a todos los servicios que la han sacado de allí", declaró Sylvie Aubenas, hermana de la secuestrada. El primer ministro, Dominique de Villepin, elogió el "maravilloso coraje" de la familia y la "sangre fría de los medios de comunicación", que han tratado el asunto con mucha discreción para evitar aguar la liberación.

En Francia también hubo numerosos recuerdos por el resto de secuestrados. Chirac volvió a pedir la liberación de la francocolombiana Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC desde el 23 de febrero del 2002.