Rumanía no puede afrontar sola los problemas relacionados con su emigración, que "solo pueden resolverse en el marco europeo", declaró ayer el ministro rumano de Asuntos Exteriores, Adrian Cioroianu, ante la polvareda levantada en Italia tras un crimen presuntamente cometido por un ciudadano de este país.

"Como Estado europeo, no podemos restringir la libertad de movimientos de sus ciudadanos", afirmó el ministro, después de que Roma haya solicitado la intervención de la UE para que Bucarest controle a sus emigrados.

"Se nos pide que gestionemos una situación que no controlamos por entero", afirmó Cioroianu, ya que "el brazo de la ley rumana no puede intervenir en Italia ni repatriar a quienes cometen delitos". Estas personas "están bajo jurisdicción italiana y hay que dejar que la justicia haga su trabajo", añadió.

INTEGRACION Ante el hecho de que el presunto autor de la agresión mortal es de etnia gitana, Cioroianu estimó, "sin querer generalizar", que la solución consiste en integrar a dicha minoría. "Escolarizar a los gitanos y darles empleo" es lo que deben hacer, "no solo Rumanía, sino también los países de acogida", dijo. Contrariamente a lo que hicieron España y otros países, Italia abrió, en la etapa de Berlusconi, las puertas a los rumanos, pese a que su país no ha entrado en el espacio Schengen de libre circulación.