En una decisión que vulnera la Hoja de ruta , el Gobierno de Ariel Sharon ha ordenado construir 3.500 casas más en el asentamiento judío de Maale Adumim, en Cisjordania, cerca de Jerusalén, según confirmaron ayer fuentes gubernamentales israelís. La decisión indignó a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que acusó al Estado hebreo de "sabotear" el incipiente proceso de paz.

La Hoja de ruta establece en su primera fase dos obligaciones a palestinos e israelís: los primeros deben acabar con la violencia, y los segundos, destruir varias de las colonias salvajes y paralizar la construcción en los asentamientos de Gaza y Cisjordania. En esta época de tregua y de nuevas esperanzas para la paz, las armas parecen haber callado, pero no el ruido de las excavadoras en las colonias. Y ninguna colonia salvaje ha sido desmantelada.

El plan israelí prevé unir Maale Adumim con la parte palestina de Jerusalén para crear una continuidad territorial y una especie de distrito municipal --el Gran Jerusalén, cuyos límites con Cisjordania marca el muro que se está construyendo-- de la ciudad que Israel reclama, desde su anexión en 1967, como su capital. Maale Adumim ya es la mayor colonia de Cisjordania, con casi 30.000 habitantes. "Bajo la cobertura de la salida de Gaza, Sharon pretende anexionarse de facto grandes zonas de Cisjordania", denunció ayer el diputado de izquierdas israelí Yossi Sarid.

Las colonias judías en Gaza y Cisjordania son ilegales a ojos de la legislación internacional, al estar construidas en territorio ocupado tras la guerra de 1967. Israel no oculta que uno de los objetivos de la evacuación de Gaza es asegurarse las colonias de Cisjordania. Para ello, Sharon cuenta con la garantía por escrito del presidente de EEUU, George Bush, de que Israel mantendrá asentamientos en Cisjordania en un hipotético acuerdo de paz, ya que estas colonias se han convertido, para la Casa Blanca, en "realidades sobre el terreno".

AVISO PALESTINO Por eso, la ANP considera que la ampliación de Maale Adumim busca consolidar realidades que no existen y, por tanto, condiciona el futuro de Jerusalén antes de que ambas partes hayan empezado a negociar. "Si el proyecto sale adelante, es como cerrar la puerta a la paz", dijo el negociador jefe palestino, Saeb Erekat. "Si no se detiene la construcción de los asentamientos y el muro, Jerusalén está amenazada", añadió el primer ministro de la ANP, Ahmed Qurei.