Una gran tormenta de arena ha hecho amanecer Sídney bajo una espectacular luz roja y ha paralizado la actividad a primera hora de la mañana. El tono rojizo de la nube de polvo daba a la ciudad una atmósfera parecida a la de un enorme incendio forestal y ha provocado que algunos residentes llamaran a la radio temiendo que hubiera llegado el fin del mundo. A las pocas horas la nube se ha suavizado hacía un color amarillento.La tormenta de arena, procedente del desierto del interior del país, empezó durante la noche y ha afectado a gran parte del estado de Nueva Gales del Sur, con vientos superiores a los 100 km/h.

Irregularidades en los vuelos internacionales

El transporte público ha quedado suspendido y las autoridades sanitarias han emitido una alerta para que los ciudadanos con problemas respiratorios, asma, o problemas de corazón no salgan a la calle.

"La gente en peligro son niños, mujeres, ancianas, embarazadas y gente con enfermedades del corazón y pulmonares. Las partículas de polvo pueden aumentar el riesgo de indisposiciones en este tipo de gente", ha declarado Wayne Smith, del Departamento de Salud de Gales del Sur.

Varios vuelos internacionales han sido retrasados o desviados a Melbourne y Brisbane. Los transbordadores del puerto han sido cancelados por la escasa visibilidad.

La tormenta no ha cesado

Los meteorólogos han advertido que la tormenta continuará durante los próximas horas con vendavales de mayor intensidad mientras avanza hacia Brisbane y Nueva Zelanda. "Se trata de un fenómeno sin precedentes. Estamos viendo tierra, viento y fuego, los tres elementos unidos", ha explicado Dick Whitaker, del Canal Meteorológico.

Las tormentas de arena en Australia son comunes, pero acostumbran a registrarse en el interior del país. El fenómeno se atribuye a la sequía que padecen vastas zonas de la región.

Varios estados afectados

La arena ha cubierto desde Newcastle (160 kilómetros al norte de Sidney) hasta Dubbo (500 kilómetros al interior) y Wollongong (85 kilómetros al sur), donde las lluvias han dejado un aguacero de lodo. Otros estados de Australia también sufren el impacto del fenómeno.

Queensland se prepara para recibir la nube roja, mientras arden varios incendios forestales en la región. Nueva Gales del Sur y Camberra han registrado tormentas eléctricas y Victoria se halla bajo alerta por inundaciones y fuertes vientos.