China y Taiwán finalizaron ayer un absurdo histórico- geográfico-económico que duraba seis décadas: el de los pasajeros que debían pasar por un tercer país para atravesar el estrecho de Formosa. Los enlaces directos ahorrarán al año entre 500 y 1.000 mil millones de dólares y 8,6 millones de horas en transporte de viajeros. Un avión de la China Southern Airlines que despegó en Guangzhou (sureste chino), tomó tierra ayer en el aeropuerto Taoyuan (Taipei). Fue el primer vuelo regular entre China y su isla rebelde .

Los acuerdos se firmaron en junio. Taiwán permitirá la entrada de 3.000 turistas diarios, que dejarán en el primer año unos ingresos de 1.500 millones de euros. Los vuelos regulares facilitarán el desplazamiento de los empresarios taiwaneses a la China continental, principal destino de sus exportaciones.