Georgia acusó ayer al Ejército ruso, desplegado en su territorio como consecuencia del conflicto por el control de las separatistas repúblicas de Osetia del Sur y Abjasia, de obstaculizar el regreso de los refugiados a sus casas.

"Los rusos tienen puestos de control y aún no podemos traer a esa gente a casa. La amenaza de paramilitares, irregulares, saqueadores y asaltantes es aún muy alto", dijo el gobernador de Gori --ciudad georgiana ocupada por las fuerzas rusas durante la breve guerra por Osetia del Sur-- Lado Vardzelashvili. Según el gobernador, unos 28.000 residentes de la región todavía no han regresado a sus casas.

A pesar de que Moscú retiró gran parte de sus fuerzas como parte del alto el fuego firmado por Rusia y Georgia a instancias de la Unión Europea, los militares rusos aún mantienen varios puestos de control en la llamada "zona tapón". Las autoridades de Gori afirmaron que los poblados cercanos aún están ocupados. Lo que causa más protestas de Tiflis es el hecho de que los rusos siguen patrullando los puertos en el mar Negro, en particular el de Poti.

Rusia se defiende diciendo que actúa bajo el acuerdo de alto el fuego firmado con Georgia, que le permite mantener fuerzas de paz en una zona de seguridad en territorio georgiano fronterizo con Osetia del Sur. En una conversación telefónica con el primer ministro británico, Gordon Brown, el presidente Dmitri Medvédev pidió "un mayor despliegue de observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa OSCE".

PROVOCACION El primer ministro ruso, Vladimir Putin, volvió a acusar a EEUU de haber provocado la crisis con Georgia para favorecer a los republicanos en las elecciones presidenciales.

Mientras, Georgia endureció los requisitos para la concesión de visado a los ciudadanos rusos en respuesta al reconocimiento por Moscú de la independencia de Osetia del Sur y Abjasia.