El teniente del submarino Kursk Dimitri Kolesnikov dejó una nota mientras el aparato estaba hundido en el mar de Barents, en octubre del 2000. "Nadie puede escapar", escribió.

"¡Dios mío, sálvame! El avión está cayendo en picado. No hay esperanza", escribió el pasajero de un avión de Japan Airlines estrellado en 1985 en Japón.