Apremiado por la urgencia de iniciar el ataque contra Sadam, EEUU dio ayer un ultimátum a Turquía para que acepte de una vez su oferta económica, equivalente a 24.000 millones de euros (casi 4 billones de pesetas), a cambio de autorizar el uso de su territorio como base para lanzar la invasión de Irak desde el norte. "No queda mucho tiempo", advirtió el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, quien confirmó que la oferta de Washington es "final". El Pentágono fijó dicho plazo en sólo 48 horas.

"Llega un momento en que se deben tomar decisiones", añadió, mientras varios buques de guerra estadounidenses se aproximan ya a los puertos turcos, y tendrían que cambiar de rumbo si Ankara no acepta colaborar. Fleischer quiso subrayar que, en este tenso pulso con Ankara, "el apoyo de Turquía es deseable, pero las fuerzas armadas de EEUU son lo suficientemente flexibles para garantizar un éxito militar sea cual sea la decisión" del Gobierno turco.

A Turquía le parece bajo el precio puesto por la Casa Blanca a su apoyo a una guerra impopular entre sus ciudadanos. Recep Tayyip Erdogan, líder en la sombra del Gabinete, aseguró que la oferta había alcanzado los 30.000 millones de euros. Se trata de 6.000 millones de euros (un billón de pesetas) en donaciones y 24.000 millones de euros (cuatro billones de pesetas) en préstamos. Todo ello no modifica la negativa turca, ya que Ankara estima que durante la guerra del Golfo perdió 40.000 millones de dólares.

Entretanto, en Bruselas, la OTAN acordó ayer enviar media docena de aviones de vigilancia electrónica Awacs a Turquía para reforzar la defensa del territorio ante una eventual guerra.