La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, afirmó ayer que cree posible y necesario mantener "simultáneamente" el respeto a las creencias religiosas y a la libertad de expresión, en relación a la ira de los países musulmanes por la publicación de viñetas de Mahoma.

Riay Tatary, secretario general de la Comisión Islámica de España, dijo que se trata "no sólo de una profanación sacrílega de la imagen de un profeta, sino que va más allá de la blasfemia, entrando en la calumnia".